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Las virtudes del empresario ¿Son las de los Intérpretes y Traductores?

Aún sin quererlo, intérpretes, traductores y muchos otros profesionales se convierten en empresarios. Muchas veces por necesidad, y las menos intencionalmente. Son los que emprenden, los que actúan.

Curiosamente, el empresario es una figura emblemática de nuestra época, el equivalente de héroe de la ciudad, entre los griegos; el equivalente un santo durante el medioevo o un del sabio u hombre de conocimiento durante el siglo XVIII, según Fernando Savater.

 El empresario crea actividad productiva y económica y se convierte en una figura emblemática y envidiada, en el nivel más alto de la escala social. Sin embargo, no es tan solo el que trabaja por su cuenta y sobrevive, sino alguien que busca satisfacer necesidades humanas, y no únicamente las propias. No nos confundamos entre profesional independiente y empresario.

Fernando Savater tiene un libro muy interesante llamado la “Dimensión ética de la empresa”. En él, como el nombre bien lo indica, habla de la empresa pero, también habla del empresario. Savater define al empresario como una persona que emprende y actúa.

 Definitivamente, muchos profesionales independientes no emprenden y no actúan, simplemente se autoadministran y autogestionan su actividad profesional. Aún así, considerando que sí hay intérpretes, traductores y otros profesionales que son empresarios, compartiremos las que Savater considera las virtudes del empresario, a ver cuáles aplican.

 En esta entrega las enumeraremos y así ustedes podrán reflexionarlas. En la siguiente entrega entraremos más a detalle sobre cada una de ellas, y ustedes decidirán.

 Las virtudes del empresario, según Savater son:

  • Audacia

  • Capacidad de identificar el bien común

  • Prudencia

  • Responsabilidad

  • Eficacia

Para leer más: Savater, Fernando (1998). La dimensión ética de la empresa. Santafé de Bogotá. Siglo del Hombre Editores.

 

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