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Los intérpretes y el abuelo que saltó por la ventana y se largó.

Como ya hemos compartido en otras ocasiones, la Literatura suele incluir referencias a traductores o intérpretes. En su  libro “El Abuelo que Saltó por la Ventana y se Largó”, Jonas Jonasson, cuenta las aventuras de un viejo llamado Allan Karlsson,quien escapa del asilo donde vive precisamente durante la celebración de su cumpleaños número cien.  La historia incluye altibajos, viajes, un robo y escape, asesinato, explosiones, guerras mundiales, héroes y personajes notables de la historia con quienes el abuelo tiene contacto a lo largo de su huida y de toda su vida. En fin, la novela narra una sucesión de situaciones absurdas y divertidas de la vida de Karlsson.

En medio de todas sus peripecias, y siendo un experto en explosivos, Allan tiene que interactuar con personajes que van desde Churchill hasta Stalin, pasando por Franco, Chales De Gaulle y Harry Truman, ni más ni menos. De ahí que el autor incluya intérpretes en varias ocasiones de su narración.  Compartiremos unas cuantas citas del libro de manera que veamos cómo nos identificamos con la forma en que el autor hace referencia a los intérpretes:

Durante un almuerzo con Charles De Gaulle en Bali, dice: “… concluyeron que la señora embajadora era una persona muy divertida, culta, interesante e inteligente. Aunque tal vez podría haber mostrado mejor criterio a la hora de elegir a su intérprete, que tenía un aspecto más bien salvaje que civilizado.”

En otra parte de la historia, Allan se sienta a la mesa con Stalin y un grupo de sus más allegados, y Jonasson describe que, además del grupo había: “… un joven escuálido e invisible, sin nombre, ni nada que comer ni beber: era el intérprete y era como si no existiera.” Más adelante, después de que la cena resulta un fracaso y Stalin estalla, “Y así acabó la cena, porque el intérprete se desmayó.”

Otro de los personajes, “se colaba en las mezquitas, las sinagogas y los templos y esperaba el momento adecuado para, simple y llanamente, interrumpir la ceremonia y, con la ayuda de un intérprete, predicar la doctrina verdadera.”

La novela es divertida y encontrar a los intérpretes en ella lo hace más a los ojos de los que nos dedicamos a la traducción o a la interpretación.  Además, ¡vaya nuestro agradecimiento al Sr. Jonasson por llamarnos intérpretes y no traductores simultáneos!

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