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Recomendaciones de ciberseguridad para intérpretes

Una de las maravillas de nuestro trabajo como intérpretes y traductores es que nos toca escuchar, o leer, sobre muchos temas. En muchos de los eventos y textos sobre temas de tecnología en que tuvimos oportunidad de trabajar durante el 2019, la ciberseguridad, fue sin duda alguna uno de los temas más recurrentes.

Cuando las empresas hablan sobre conectividad, IoT, big data, almacenamiento de datos, presencia y venta en línea, o gestión de su presencia en redes, tarde o temprano hacen referencia a la ciberseguridad.

Las empresas toman este reto cada vez más en serio, incluso en una sesión de un Comité de Auditoría de una empresa farmacéutica en el que participamos el pasado mes de noviembre, una de las personas que participó y presentó ante el Comité fue el líder de TI para hablar, entre otras cosas, del número de intentos de ciberataques y las acciones que la empresa está tomando para protegerse. En los eventos de empresas como CISCO y Gartner, siempre hay sesiones sobre ciberseguridad, sobre las amenazas y prácticas más recientes de los cibercriminales o sobre las nuevas tecnologías de protección y las acciones que las empresas deben tomar.

Al escuchar sobre estos temas, surgen cuestiones que nos competen a profesionales que, como sucede con los traductores o intérpretes, trabajamos como profesionales independientes o en empresas pequeñas, pero también competen a muchos otros profesionales y a las personas en general que están continuamente conectadas a la web. ¡Cada vez hacemos más transacciones en línea, compramos más en línea, estamos más conectados por las redes sociales, y eso nos vuelve vulnerables! Muchos profesionales coinciden en que hay que aprovechar las bondades de la tecnología, claro, y estamos de acuerdo, pero también hacen énfasis en que hay que protegerse.

Es cierto, sin embargo, que la mayor parte de la conversación en esas reuniones gira en torno a lo que las empresas hacen o con respecto a las innovaciones para la protección de “los grandes” que asignan grandes presupuestos a su protección, pero no tanto a los “pequeños”, a los ciudadanos y profesionales de a pie, como usted y nosotros, aunque en los medios de comunicación hablan del tema cada vez con más frecuencia. Para muestra basta un botón de nuestro ramo, ¡la mayoría de nuestros colegas intérpretes y traductores usan sus teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras para buscar terminología o consultar presentaciones y fuentes de información mientras trabajan! Y, como muchos, una de las primeras cosas que solemos preguntar al llegar a algún sitio es si hay una red disponible para conectarnos, desde en un café hasta en los hoteles que ofrecen conexión gratuita o paga. Lo mismo ocurre con muchas personas que trabajan o estudian en una cafetería, o que al entrar al supermercado, tienda departamental o restaurant se conectan a la red de wifi gratuita que ofrece el establecimiento; clientes que navegan usando esa red para buscar productos o que no dejan de chatear, subir fotografías de lo que ven, o no paran de revisar sus redes sociales mientras están en conexiones abiertas. Pero la cosa no queda ahí, hay muchas personas que estando en esos lugares, aprovechan para hacer pagos, revisar su cuenta bancaria o compartir contraseñas, y ¡cuántas veces nos han dicho que no hagamos esto! En fin, lo que quiero decir es que estamos expuestos y creo que muchos de nosotros no estamos poniendo suficiente atención, aunque al buscar en la web salga distintos sitios con recomendaciones y cifras sobre el tema.

Acciones de ciberseguridad para mantener nuestros datos seguros como intérpretes

Por ello, en esta primera entrega de nuestro blog, nos pareció una buena idea compartir algunas sencillas acciones que proponen los expertos para cuidarnos, no sólo mis colegas de la traducción, sino todos nosotros sea lo que sea que hagamos o dónde andemos. Y como no soy una experta en el tema, al final comparto algunas fuentes de donde hemos sacado algunas de recomendaciones. De manera que comparto una lista de las 15 que me parecieron sencillas para todos nosotros:

  1. Mantener el antivirus actualizado y el firewall (contrafuegos) activado
  2. Usar sitios con conexión segura (https)
  3. No dar mucha información, tan sólo la imprescindible
  4. Hay que sospechar de gangas y verificar si la oferta viene de un establecimiento confiable con un sitio seguro
  5. Habilitar un código de bloqueo en la pantalla del teléfono para que la información no esté disponible a quien esté alrededor (lo mismo para la computadora). El teléfono debe considerarse como una computadora más y no dejarse desatendido
  6. No compartir las contraseñas
  7. Generar contraseñas más elaboradas que la simple fecha de nacimiento
  8. Utilizar un gestor de contraseñas para que no las traigamos en el teléfono o computadora
  9. No compartir más información de la estrictamente necesaria en las redes sociales (especialmente los adolescentes)
  10. Ojo con lo que instalamos en la computadora y en el teléfono, y ojo con los permisos que damos a las aplicaciones porque podríamos dar autorización para el uso de toda nuestra información
  11. Hacer instalaciones desde las páginas autorizadas de los desarrolladores y no desde cualquier página que ofrezca descargas gratis
  12. Tener cuidado con correos que piden dar clic en un vínculo o descargar algo, sobre todo los alarmistas como los que dicen que se ha bloqueado la cuenta bancaria o la cuenta de correo electrónico y solicitan una acción inmediata
  13. No usar la misma contraseña para todo y actualizar contraseñas periódicamente
  14. No dejar sesiones abiertas en la computadora, sobre todo si usamos una computadora de alguien más o de un sitio público
  15. Apagar la computadora después de usarla

¡Son 15 recomendaciones muy fáciles de aplicar, sin lugar a dudas pero de nada sirven si no ponemos atención!

Hay quien opina que los “malosos” normalmente no se enfocan tanto en las computadoras particulares, sino buscan a los grandes, y de acuerdo con Milenio, los sectores más atractivos para los ataques cibernéticos son el financiero, educativo, salud, gobierno y energético, pero nosotros como intérpretes también podemos estar en riesgo.

En noviembre pasado, circuló en los titulares el caso de Pemex que sufrió un ataque por ransomware. De acuerdo con Milenio, se trató de un “ataque con un virus a través del cual se pueden bloquear dispositivos para exigir un rescate a cambio de recuperar el acceso y que exige sea con criptomonedas para evitar su rastreo”. De acuerdo con Expansión, el monto exigido por los ciberatacantes fue de 565 bitcoins o 4.9 millones de dólares. ¡Fuentes oficiales dijeron que Pemex tuvo restringido el acceso a la información del 5 por ciento de sus equipos, pero que no iba a pagar un centavo! Lo que es un hecho es que si una empresa como Pemex puede estar bajo ataque qué no podría pasar con los pequeños (¡y no nos van a decir si la paraestatal se protegió adecuadamente!).

Milenio también dice en la misma nota que “México ocupó el segundo lugar como objetivo de los cibercriminales a nivel mundial, ubicándose por debajo de Estados Unidos y por encima del Reino Unido”, de manera que en ese espectro entramos todos los que vivimos y trabajamos en México. ¡Y no suena divertido!

Con base en lo anterior, así como hoy pensamos en un seguro para el auto, los profesionales como los traductores, contadores, diseñadores, médicos, intérpretes o, pensándolo bien, todos nos dediquemos a lo que nos dediquemos debemos pensar más detenidamente sobre nuestra ciberseguridad. ¡Felizmente protegido 2020!

Fuentes:

https://revistabyte.es/actualidad-byte/10-consejos-para-aumentar-tu-ciberseguridad/
https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2019-02-18/trucos-consejos-ciberseguridad-basicos-internet_1828678/
https://www.milenio.com/negocios/que-es-el-ransomware-el-virus-del-wannacry-que-ataco-pemex
https://expansion.mx/tecnologia/2019/11/12/los-hackers-han-reclamado-4-9-mdd-pemex-liberar-informacion

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