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Los Intérpretes en los libros

En alguna ocasión ya hemos comentado sobre la mención de los intérpretes o los traductores en los libros.  A veces se mencionan como parte importante pero la mayoría de las veces como personajes completamente incidentales.  Vale la pena mencionar, también, que es común que se llame traductores a todos (tanto intérpretes como traductores), pues si los ciudadanos de a pie lo hacen, ¿por qué no habrían de hacerlo los escritores?

En esta ocasión mencionaremos dos libros donde se hace mención de intérpretes y el contexto en que se hace. Las citas sobre intérpretes nos ayuda a reflexionar sobre aspectos que experimentamos en nuestra vida profesional, de eso no cabe la menor duda.

El primero de los libros que mencionaremos hoy es “Los Mensajes de los Sabios” del conocido psiquiatra Brian Weiss. En él, el Dr. Weiss está describiendo una sesión de hipnosis y regresión a vidas pasadas que realizó en China. Obviamente, él no habla chino y su paciente no habla inglés, de manera que recurre a un intérprete (él sí le llama intérprete), y dice:

“Entró en un estado muy profundo. A los pocos minutos ya estaba recordando una escena de una vida anterior en San Francisco hacía más de cien años. Durante el recuerdo, se puso a hablar en inglés con soltura.

El intérprete, todo un profesional, siguió trabajando como si tal cosa y empezó a traducir al chino. Le miré fijamente durante un instante y después le dije que no era necesario. La cara de sorpresa que puso daba idea de lo que acababa de deducir.

                Sabía que la doctora no sabía una palabra de inglés.”

Esta cita pone en evidencia el profesionalismo del intérprete que siguió trabajando pese al contexto de lo que estaba sucediendo y la diversidad de situaciones en que solemos trabajar.

El segundo libro es “Nacidos para Correr” de Christopher McDougall. En un punto del libro se describe una carrera que tendrá lugar entre un grupo de atletas destacados y un grupo de corredores tarahumaras. La explicación de algunos detalles importantes de la carrera está teniendo lugar en español, los tarahumaras no hablan bien el español pero están atentos. Hay un corredor estadounidense que quiere ayudar;  sin embargo, él no habla bien el español tampoco y menos aún la lengua de los tarahumaras:

“En una esquina, Ted creía que podía ayudar a Manuel traduciéndole el torpe español de Caballo a un todavía más torpe spanglish. Mientras Ted parloteaba, una sonrisa tenue revoloteaba por el rosto de Manuel. Al final, se quedó quieta.”

Ted dejó a Manuel sin la menor idea de lo que Caballo (un corredor de origen estadounidense) decía. Ahí tenemos a una persona bien intencionada que tal vez no hizo sino empeorar las cosas. Si bien a Manuel no pareció importarle en el caso particular del libro, a veces la intervención de un espontáneo puede empeorar las cosas, ¡y más aún si no habla la lengua de la que pretende interpretar y tampoco la lengua meta!

¡Seguiremos en otras entregas, la interpretación da para mucho de qué hablar, incluso en los libros!

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